Surge en Italia, en el siglo XV, el deseo de volver al leguaje grecorromano, en busca del equilibrio, la armonía y la simetría de la Antigüedad. Sin duda, será Filippo Brunelleschi, el impulsor de este primer Renacimiento, tomando como base una construcción iniciada como gótica, y que marcará un hito en la historia de la arquitectura y la construcción: la catedral de Santa María del Fiore, en Florencia. Tenemos una cita.